Cero, coma cinco.

El sol está radiante, e incluso los pajarillos tienen ganas de cantar. Hace calor, y la brisa se deshace entre que viene y va. Ella, sigue allí después de tanto tiempo, esperando. Esperando verle venir. Mira a la derecha, porque sabe que ese es el camino por el que él va a llegar. Se da la vuelta, para no publicar sus ansias por verle. Espera un coche, más grande, más pequeño, más nuevo, más viejo. Le espera a él, que va dentro.

1 comentario:

  1. Y eso se repite y se repite.. nada como la ilusión y el hormigueo en el estómago cada vez que le ves llegar.

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